lunes, 20 de junio de 2016

Claves en las lecturas del uso de drogas y los consumos problemáticos.

Claves en las lecturas del uso de drogas y los consumos problemáticos.
Lic. Ricardo Paveto
ripavet@yahoo.com.ar

Cuando pensamos en  políticas que contengan programas, dispositivos y modalidades de abordajes clínicos y comunitarios del fenómeno del uso de drogas y los consumos problemáticos, resulta indispensable tener claro desde donde realizaremos el análisis del problema. En síntesis, si al pentagrama lo leeremos ¿en clave subjetiva o en clave química?  De acuerdo a la respuesta que nos demos, se determinaran las características  de la construcción del problema y de las propuestas que surjan para su abordaje.

Décadas de discursos que demonizan las drogas,  estrategias basadas en el criterio de “Guerra contra las drogas”, Convenciones de Naciones Unidas planteando metas como “Un mundo sin drogas” han dejado marcas que, al momento de querer aproximarnos al fenómeno del uso de drogas y los consumos problemáticos, cosifican la mirada, sustancializan el análisis y, en consecuencia, obstaculizan la elaboración de una respuesta adecuada  al problema.

Estos discursos o lemas, al poner todo el peso de la cuestión en los objetos llamados drogas, dejan velado al análisis que de lo que se trata es de actos y conductas humanas en relación al uso de drogas y al desarrollo en algunas personas de construcciones de vínculos adictivos con las sustancias.

Resulta insuficiente e inadecuado para el análisis del fenómeno del uso de drogas y de los consumos problemáticos, entre estos últimos ubicamos a las adicciones, quedarnos en una lectura realizada en clave química, donde todo se explica a partir de los efectos que las sustancias producen en el organismo humano.

En esta perspectiva, solidaria con los discursos imperantes mencionados más arriba, sólo cabe la meta del “Consumo Cero” y los criterios abstencionistas como precondición del inicio y punto de partida para todo tipo de tratamiento. Lo importante es evaluar presencia – ausencia de sustancia, sin considerar aquello que es posible, en ese momento subjetivo, para la persona que consulta.

Estamos de acuerdo en que las sustancias psicoactivas no deben subestimarse. Por supuesto que tienen su eficacia y riesgos, pero de lo que se trata es de poner en el centro de la cuestión y también de los tratamientos al sujeto. Una lectura en clave subjetiva amplía las variables en las cuales se desarrolla una aproximación situacional del problema, donde están las sustancias, están los sujetos y están los contextos en el cual se despliegan las singularidades subjetivas.

Este triángulo de análisis conformado por: Drogas – Sujetos - Contextos  evita la sustancialización de los usuarios de drogas y fundamentalmente de aquellos que se encuentran en el marco de algún dispositivo asistencial – preventivo. Ver en clave subjetiva ese uso de drogas y/o una adicción implica situar la mirada sobre el sujeto que realiza ese acto, ver qué lugar ocupa en su vida psíquica, con una historia de vida singular, diferente a las de otros; ver cuál es la finalidad de ese consumo, cual su funcionalidad, para que situaciones, para qué le sirve al paciente, qué le resuelve.

Leer  en clave subjetiva las primeras entrevistas que hace un consultante favorece el alojamiento al sujeto tal como se presenta y no como el entrevistante o la institución quiere que sea; es evaluar una subjetividad que pide ayuda pero a la vez necesita alojarse en un  tratamiento posible ¿Cuál ? El que es posible para él y no el que indica un protocolo que se aplica como un universal para todos, borrando las singularidades, el caso por caso, el uno por uno.

La Reducción de Daños (RRDD) toma el criterio de “umbral de baja exigencia o umbral de exigencia mínima”. Este criterio, desarrollado en clave subjetiva, no plantea la abstinencia obligatoria de sustancias como precondición o punto de partida para el inicio de tratamiento, salvo que la singularidad clínica del paciente así lo requiera. Se valora positivamente los logros intermedios y considera, en todo caso, que la abstinencia puede llegar a ser o no un punto de llegada. Se orienta fundamentalmente a posibilitar la accesibilidad de los ciudadanos que padecen consumos problemáticos y/o adicciones a los dispositivos terapéuticos, tanto sociales como de servicios de salud (Paveto, 2010)

Por último, para no quedar atrapado en una lectura en clave química, conviene evitar respuestas simples y unívocas a problemas complejos. No sustancializar el problema del consumo de sustancias implica afirmarse en el triángulo mencionado más arriba, que incorpora al análisis más variables al problema: Drogas – Sujetos – Contextos.

Posicionarnos en clave subjetiva, para una lectura de los usos de sustancias psicoactivas y los consumos problemáticos, implica entender que las sustancias tienen su importancia y eficacia. No podemos subestimarlas pero fundamentalmente se trata de poder ubicar la posición del sujeto en relación a su consumo, la funcionalidad del mismo para su economía psíquica, su vida cotidiana su relación con sus contextos sociales y vinculares (Paveto 2010)

Referencias Bibliográficas

.- Paveto Ricardo (2010) Breves cuestiones sobre las políticas de drogas y las estrategias de reducción de daños y riesgos aplicada en materia de adicciones en Torres, Sergio y Marrazo L e Iglesias D. (compiladores) “Paco, una década después…estructura de un problema y compilación normativa” Editorial EDIAR, Buenos Aires. Págs. 145 a 151.